domingo, 30 de septiembre de 2012

La leche aumenta significativamente los niveles sanguíneos de una proteína llamada IGF-1, involucrada en el cáncer.5

Articulo de Maelán Fontes Villalba sobre la leche.

Principales conclusion : "Todas las poblaciones tradicionales con una salud excelente no consumen leche, lo cual indica que no es un alimento totalmente necesario."


Esta semana trataré un tema con mucha controversia, ¿lácteos si o lácteos no para la salud?

Para empezar diré que es un tema muy complejo y que no tiene una respuesta de si o no rotundo.

La principal razón por la que se recomienda el consumo de leche y derivados es por su calidad nutritiva, sobre todo por el hecho de que es el alimento más rico en calcio.

No obstante, como ya he abordado en un boletín anterior, realmente no es necesario tomar leche para tener una buena salud ósea. Pero eso no quiere decir que sea un alimento perjudicial para todo el mundo, con algunos matices que abordaré a continuación. Las poblaciones que consumen lácteos y son sanas, como los Maasai, por ejemplo, no consumen leche pasteurizada y homogeneizada como se hace en los países industrializados.

Las poblaciones tradicionales consumen leche cruda y fermentada, que tiene unas propiedades totalmente diferentes a la leche procesada industrialmente, sobre todo en cuanto a la concentración de ciertas vitaminas, y otros compuestos como el glutatión o las bacterias probióticas, importantes en la salud1. No obstante, la leche cruda tiene ciertos problemas asociados a la posible infección por bacterias y que no se pueden obviar.

Volviendo a la leche industrial, que es la que se consume en nuestra sociedad, suele haber mucha confusión acerca de si debe formar parte de una dieta sana o no. La razón es que la mayoría de las personas piensan que el problema está en la lactosa, debido a que un 65% de la población no puede digerir la lactosa, generando problemas gastrointestinales.

Consecuentemente, se tiende a pensar que tomando leche sin lactosa se erradica el problema de la leche. No obstante, los riesgos de la leche van más allá de la digestión de la lactosa. Debido al tipo de proteínas que tiene la leche (a diferencia de la carne), es capaz de inducir una fuerte producción de insulina, en otras palabras, tiene un índice insulinémico elevado, comparado incluso a los hidratos de carbono refinados2,3.

La producción de insulina elevada puede dar lugar a enfermedades y alteraciones como acné, miopía, cáncer de las células epiteliales, síndrome de ovarios poliquísticos, menarquia (primera menstruación) temprana o incremento de la estatura4.

La leche también aumenta significativamente los niveles sanguíneos de una proteína llamada IGF-1, involucrada en el cáncer5. En adición, ciertas proteínas de la leche aumentan el riesgo de enfermedades autoinmunes como la diabetes tipo 16-8 o la esclerosis múltiple9.

Recientemente se ha publicado varios estudios donde se ha visto que las proteínas de la leche, pero no de la carne, producen una sobre-estimulación del complejo de enzimas-cinasas mTOR, involucradas en patologías como cáncer, acné o diabetes tipo 210,11.

Finalmente, cabe destacar el hecho de que la composición de la leche de vaca es un 80% de caseínas, comparado con un 20% en la leche humana. Además de eso, se ha visto que la beta-caseína A1, pero no la A2, da lugar a la producción de beta-casomorfina-7 en el aparato gastrointestinal, proteína involucrada en enfermedades neurológicas y cardiovasculares12,13.

Interesantemente, la leche que se consume en los países industrializados contiene sobre todo caseína A1, la que está asociada a las enfermedades mencionadas anteriormente.

Por otro lado, la alergia a las proteínas de la leche de vaca es una de las más frecuentes, sobre todo en niños14,15.

En resumen, la leche es un alimento con un valor nutritivo alto que forma una parte importante de la dieta de ciertas poblaciones que son bastante sanas. Sin embargo, la leche que consumen esas poblaciones es muy diferente a la que se consume en los países industrializados, y además tiene ciertos riesgos para la salud derivados de la posible infección por bacterias.

En personas genéticamente susceptibles a enfermedades cardiovasculares, autoinmunes y alergias, el consumo de leche puede ser un factor que aumente el riesgo de esas enfermedades. Además, la leche no contiene ningún nutriente que no se pueda obtener de una dieta equilibrada basada en pescados, carnes magras, frutas, verduras, tubérculos, frutos secos y huevos.

Como conclusión, debido a que el consumo de leche “industrial” tiene ciertos riesgos para la salud, y que no aporta ningún nutriente que no se puedan obtener con otros alimentos, aplicando el sentido común es mejor evitar el consumo regular de leche para la mayoría de la población. No obstante, puede haber casos particulares donde el consumo de leche no suponga un riesgo para la salud, es lo que se llama individualidad. Finalmente, casi todas las poblaciones tradicionales con una salud excelente no consumen leche, lo cual indica que no es un alimento totalmente necesario.

Maelán Fontes Villalba, MS
Doctorando en Nutrición Humana, Universidad Complutense de Madrid
Centro de Investigación en Salud en Atención Primaria, Facultad de Medicina de la Universidad de Lund, Suecia

domingo, 23 de septiembre de 2012

¿Qué es el Intermittent Fasting?



El Intermittent Fasting (IF), o ayuno intermitente, es una propuesta nutricional basada en la combinación de periodos de ayuno con periodos de ingesta de alimento. En el año 1946 ya se publicó el primer artículo en Journal of Nutrition dónde observaron cómo la práctica del IF prolongaba la vida a un grupo de ratones investigados. Desde entonces, numerosos estudios avalan sus incontables beneficios para la salud:
  • Regulación de los niveles sanguíneos de glucosa, insulina, triglicéridos, colesterol LDL, etc.
  • Regulación de la tensión arterial. Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
  • Regeneración y cuidado del sistema nervioso. Efecto antienvejecimiento cerebral.
  • Favorece la lipólisis (quema de grasas).
  • Reduce el estrés oxidativo.
  • Reduce el apetito y regula el hambre.

En los últimos años se han propuesto numerosas formas de practicar el IF. En realidad es un método muy variable que se puede incluir en nuestro día a día en función de nuestro estilo de vida, ritmo laboral, entrenamientos, etc. Algunos ejemplos pueden ser:
  • Ayuno de 16-18 horas (contando las horas de sueño). Dos comidas al día.
  • Ayuno de 24 horas. Una única comida al día.
  • Ayuno de 24 horas alternado con 24 horas comiendo ad libitum (Alternative Day Fasting o ADF).
Creo que el IF que más se ajusta a nuestro estilo de vida es el ayuno intermitente dentro de un mismo día (16-18 horas), aunque cada uno puede probar lo que mejor le vaya. Es bastante probable que los beneficios del IF en la salud sean por hormesis, por lo que cada uno tiene que valorar que estrés (también psicológico) le produce en su organismo.
Los deportistas o amantes de la actividad física, si entienden el concepto de hormesis, pueden aprovechar para realizar los entrenamientos en situación de carencia relativa de energía (entrenamiento en ayunas) y aprovechar la respuesta adaptativa para generar una buena supercompensación. Para mi, es realmente interesante el entrenamiento de fuerza en ayunas como herramienta para la pérdida de grasa abdominal y la mejora de la masa muscular.
En teoría, durante los periodos de “abundancia de comida” se puede comer lo que se quiera, ya que así están realizados los estudios, aunque si se quieren aumentar los beneficios, se puede también tener en cuenta algunas recomendaciones básicas:
  • Consume verdura en abundancia y variada.
  • Aporta las proteínas necesarias para producir una buena supercompensación a nivel muscular: carne, pescado, huevos, marisco, proteínas de suero de leche…
  • Asegura el aporte de ácidos grasos omega-3 mediante la ingesta de pescado, nueces y/o aceite de linaza.
  • Aumenta la carga calórica de las comidas, mediante la ingesta de frutos secos, aguacates, coco (también leche de coco), etc.
  • Elige alimentos “disfrute”, ya que ¡también hay que disfrutar!: chocolate del 70-80%, quesos grasos, embutidos…lo que mas os guste.
Curiosamente a lo que podríamos pensar, es muy importante que la comida post-IF sea caloricamente interesante, ya que esto favorecerá el ciclo vaciado-llenado, y mediante una hormona llamada Leptina, se conseguirá  la sensación de saciedad  y permitirá que el cerebro favorezca la utilización de la grasa abdominal como fuente de energía durante los periodos de ayuno. Además, aprovecharemos el efecto térmico de los alimentos para aumentar el gasto metabólico del organismo. ´
El IF permite desarrollar nuestra fortaleza física y mental. Se basa en la modificación del entorno para conseguir el máximo potencial de nuestro organismo. Parece ser que sabemos lo que somos, pero no lo que podemos llegar a ser.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Cómo afrontar el cáncer de forma holística



El Dr. Alberto Martí Bosch trabajó muchos años con niños como oncólogo pediátrico hasta que dados los escasos resultados que obtenía con los tratamientos convencionales y, sobre todo, viendo día a día el enorme sufrimiento que con ellos les causaba abandonó definitivamente su práctica. Hoy, veinte años después y tras formarse ampliamente en disciplinas que no se enseñan en las facultades de Medicina, aborda el cáncer de una forma holística teniendo en cuenta ante todo el principio hipocrático de "Lo primero, no hacer daño". Tratamiento que tiene en cuenta los aspectos psicológico y emocional además del físico, ámbito éste en el que desintoxicar, resolver posibles carencias vitamínicas, minerales, ortomoleculares, enzimáticas y hormonales potenciando así el sistema inmune y equilibrar el organismo bioenergéticamente son pasos siempre útiles y necesarios. Sin duda una de las ponencias más brillantes dictadas durante el III Congreso Internacional sobre Tratamientos Complementarios y Alternativos en Cáncer que se celebró en su día en Madrid (España) bajo el patrocinio de la WORLD ASSOCIATION FOR CANCER RESEARCH (WACR)

lunes, 10 de septiembre de 2012

Como debería alimentarse el ser humano

Hoy te dejo un programa de radio, que a partir del minuto 37 hasta el minuto 42 te habla sobre la forma de como el ser humano se debería alimentar.



viernes, 7 de septiembre de 2012

Un revolucionario en la lucha contra la obesidad

  • A los 40 años pesaba 96 kilos, hoy, a punto de cumplir 72 años, pesa 75
  • 'Posiblemente si fuera médico nunca habría llegado a estas conclusiones'
  • 'La leche materna tiene más grasa que la de vaca, ¡por algo la hizo Dios así!'
  • 'El error fue llamar nutriente a lo que sólo es combustible'
Jaime Brugos es un madrileño que lleva más de 16 años viviendo en Miami y más de 30 investigando la verdadera causa del estrepitoso fracaso de la ciencia de la nutrición.

A los 40 años pesaba 96 kilos, hoy, a punto de cumplir 72 años, pesa 75 kilos y se encuentra en la mejor forma física de toda su vida.

El nutricionista, que en 2005 fue elegido como miembro del Comité Científico de la IFBB (International Federation of Body Building), descubrió el término MEGAREXIA, (estar obeso y no verlo ni querer admitirlo) y es autor de 3 libros sobre dietas, en su último libro titulado 'ISODIETA, adelgazante y revitalizadora' afirma que; "Toda la ciencia de la nutrición parte de una base falsa", y nos descubre lo que él considera un "grave error científico" que ha distorsionado la investigación nutricional durante más de 50 años, ocasionando mucho sufrimiento, enfermedad y muerte prematura.

Un estudio publicado recientemente en la revista médica The Lancet que afirma que la obesidad se ha duplicado en las últimas tres décadas, afectando a más de 500 millones de personas en todo el mundo, parece darle la razón.

¿Cuál es el la causa del fracaso en la lucha contra la obesidad?
Llevamos más de 50 años disparando contra un enemigo equivocado. Durante más de 5 décadas hemos estado luchando contra la grasa de los alimentos (que es un "nutriente esencial" componente de todas nuestras células y nuestro mejor "aliado" en la regeneración celular), cuando deberíamos haber estado luchando contra la grasa que tenemos acumulada, que no tiene nada que ver con la grasa de los alimentos.

La grasa acumulada está formada en su mayor parte por triglicéridos provenientes del exceso de glucosa en sangre, originado a su vez por el monstruoso exceso de carbohidratos que contiene la dieta moderna.

En lugar de recomendar tomar menos grasa, deberíamos haber estado recomendando tomar menos azúcar y carbohidratos, que se ingieren en exceso y se acumulan en forma de grasa con muchísima facilidad.

Nuestro fracaso en combatir la obesidad se deriva de una estrategia totalmente equivocada, obsesionados por lograr que los obesos adelgacen, les recomendamos que ingieran menos calorías y provocamos que sus cuerpos se debiliten, en lugar de recomendarles que se nutran mejor para que se eleve su metabolismo y gasten más calorías, que sería la estrategia correcta y mejoraría su salud que es lo verdaderamente importante.

Error histórico "clave"
El gravísimo error, que nos ha impedido frenar el alarmante crecimiento de la obesidad, se produjo en los años cincuenta cuando se determinó que había tres macronutrientes: proteínas, grasas y carbohidratos.

En aquellos momentos, de los 4 elementos que nos proporcionan energía, proteínas, grasas, carbohidratos y alcoholes, se decidió no considerar a los alcoholes como nutrientes sino como combustibles porque sólo aportan siete "calorías vacías" por gramo, sin vitaminas ni minerales ni aminoácidos ni nada nutritivo.

El error fue no sacar también al azúcar que tampoco aporta absolutamente nada más que cuatro "calorías vacías" por gramo y a los demás carbohidratos que sólo aportan energía.

De una forma más comprensible podemos decir que el error fue llamar "nutriente" a lo que sólo es "combustible". En castellano, lo que sólo proporciona energía no se llama nutriente sino combustible y cuando explicamos lo que son los carbohidratos, decimos que son el aporte de energía más fácil de utilizar por el cuerpo. Si le damos a nuestro cuerpo la energía fácil de utilizar, jamás tirará de la difícil de utilizar que es la grasa acumulada.

Las consecuencias de ese gravísimo error han sido que el azúcar, perfecto ejemplo de lo que llamamos "calorías vacías", que en los años 50 se consumía a razón de 12 kilos por persona y año, actualmente en Europa se consumen 33 kilos por persona año y en Estados Unidos, la monstruosa cifra de 67 kilos por persona año.

Con estos datos es fácil comprender que este "error histórico" condenó a los americanos a sufrir la peor epidemia de obesidad que nadie podría haber imaginado. Los españoles vamos por el mismo camino.

¿Qué podemos hacer para adelgazar?
Lo fundamental es que nuestro cuerpo esté óptimamente nutrido. Para lograrlo, debemos aumentar y repartir en 5 ó 6 comiditas al día, la cantidad óptima de "nutrientes esenciales" (proteínas y grasas), eliminando o reduciendo en lo posible el "combustible" (carbohidratos), ayudándonos, durante todo el proceso, con un multivitamínico y multimineral.

Seguir esas pautas hará que mejore nuestro tono muscular y se eleve nuestro metabolismo para que vayamos eliminando la grasa poco a poco.

Deberíamos desterrar para siempre el concepto de "perder peso a cualquier precio" y sustituirlo por el de "perder grasa sin desnutrirnos, mientras alimentamos muy bien a órganos y músculos".

El primer paso podría ser erradicar el consumo de bebidas azucaradas y de todos los alimentos que contienen elevadas cantidades de azúcar. La primera meta sería volver a llevar el consumo medio de azúcar por debajo de los niveles de los años 50, de 12 kilos por persona y año.

Para lograrlo es imprescindible cambiar las recomendaciones para que las personas comprendan que lo que realmente está destruyendo su salud no es la grasa sino el monstruoso exceso de azúcares que consumen.

Por lo que respecta al ejercicio, mi opinión es que si una dieta o sistema nutricional es bueno, debe ser efectivo sin necesidad de hacer ejercicio. Si, para que sea efectivo requiere que se haga ejercicio, es evidente que esa dieta contiene más combustible del que necesitamos.
El buen ejercicio es magnífico para nuestro bienestar, salud y tono muscular. Si a una perfecta nutrición, añadimos algo de ejercicio, concentrado, intenso y con los necesarios descansos los resultados serán espectaculares.

¿Qué NO debemos hacer para adelgazar?
No hay que empezar a comer menos sin un plan bien elaborado para no reducir la ingesta de "nutrientes esenciales", ya que eso provocaría una desnutrición que puede destruir nuestra salud. Por desgracia, si no estamos bien nutridos, a nuestro cuerpo le resulta más fácil perder músculo que perder grasa.

Tampoco debemos saltarnos comidas durante el día porque provocamos pequeños intervalos de desnutrición que disminuyen nuestro metabolismo. Por el mismo motivo, no debemos dejar pasar mucho tiempo desde que nos levantamos hasta que hacemos un desayuno súper nutritivo, nuestro cuerpo está desnutrido tras ocho horas de sueño y requiere "nutrientes esenciales", lo antes posible, al levantarnos.

También por el mismo motivo no debemos acostarnos por la noche, si han transcurrido tres horas desde la cena, sin ingerir nuestra "dosis de nutrientes esenciales" que van a ser necesarios para mantener la circulación de aminoácidos y ácidos grasos esenciales por nuestra sangre durante las primeras horas de sueño.

Si comemos algo ligero y nutritivo justo antes de acostarnos, dormiremos mejor, mantendremos nutridos a nuestros órganos y músculos durante el sueño y nos levantaremos mucho más descansados.

Lo que evidentemente no debemos ingerir, en la cena ni en la comidita de antes de acostarnos, son las "calorías vacías", azúcares, dulces o carbohidratos, que son combustibles proveedores de energía que no se va a gastar durante la noche, y que se acumulará en forma de grasa corporal.

¿Cómo podría EEUU defenderse de la epidemia de obesidad?
Estados Unidos es el país con más obesos del mundo, según las estadísticas, el 65% de los adultos tienen sobrepeso y una tercera parte de su población padece obesidad.

El problema es de tal magnitud que la primera dama Michelle Obama ha manifestado, al cumplirse un año de su campaña contra la obesidad infantil, que considera que esta epidemia supone una grave amenaza para la seguridad nacional porque casi un 30% de los jóvenes no pueden alistarse en el ejército por no cumplir los requerimientos mínimos de masa corporal.

La obesidad infantil está provocando un daño tan grande a la salud que un estudio reciente de la Sociedad Estadounidense de Apoplejía determinó que en sólo 11 años, los casos de apoplejía entre hombres de 15 a 30 años aumentaron un 51%.

El doctor Ralph Sacco, presidente de la Asociación Estadounidense del Corazón dijo: Nos ha preocupado desde hace tiempo que el aumento de la obesidad juvenil pudiera cobrar un saldo en problemas cardiacos y apoplejías y parece que eso ya está sucediendo.

A pesar de esta alarmante situación, a principios de este mes el Gobierno estadounidense publicó su nuevo "menú federal", en él se limita a instar a la población a evitar ante todo la sal, los azúcares y las grasas.

(El doctor Brugos niega con la cabeza y se resigna después de comprobar el nuevo "menú").
¿Cómo es posible que, con lo que está sucediendo, todavía no se hayan dado cuenta de que las grasas son "nutrientes esenciales" y en nada comparables con los azúcares que son "calorías vacías"?.

Uno de los consejos que proporciona el Gobierno es que se tome leche descremada, sin grasa. La leche materna tiene más grasa que la de vaca, ¡por algo la hizo Dios así!. La leche descremada es una "leche antinatural" a la que se le ha extraído un "componente esencial" como es la grasa.

Jaime Brugos y las críticas
Si estuviéramos derrotando a la obesidad, aceptaría todas las críticas que se me quisieran hacer y las consideraría positivas para continuar progresando pero, cuando los porcentajes de obesidad se han duplicado en 30 años, no podemos aceptar que se pretenda seguir por el mismo camino. Ojala mis críticos, en lugar de criticarme sin haber leído el libro, hicieran nuevas propuestas más efectivas para combatirla.

La respuesta, punto por punto, a las críticas que me hicieron cuando presenté mi libro en 2009 figura como enlace de interés (JBL responde a las críticas), en mi página donde cualquiera puede leerla detenidamente.

A este grupo que se autodenomina Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas les invito a un debate imparcial, en cualquier medio de televisión, radio o prensa que nos permita aclarar conceptos y establecer nuevas estrategias contra la obesidad.

Dicen que mis teorías carecen de lógica y que además no tengo título de medicina. Por supuesto que no soy médico, soy nutricionista y mi lógica es tan elemental que miles de lectores en todo el mundo la han comprendido y asimilado, también se pueden ver los resultados en la sección de "Testimonios" de mi página.

Posiblemente si fuera médico nunca habría llegado a estas conclusiones ya que hay cientos de miles de médicos en el mundo que siguen repitiendo lo que les enseñaron en la universidad, a pesar de que haya resultado tan poco efectivo. El primer paso para progresar en cualquier ciencia es poner en duda lo que nos han enseñado y tratar de mejorarlo.

Yo hablo del error clave, del error que hemos arrastrado durante 50 años y está destruyendo a la humanidad, el error que nos hace obesos. Pero ese error ha estado en la base de la dietética y de la nutrición durante todo ese tiempo y mientras no lo corrijamos, no frenaremos el crecimiento de la obesidad. ¿Acaso debemos esperar otros 30 años para corregirlo?, sentencia Brugos.